Ben es un escritor retirado que decide dedicarse a cuidar enfermos tras pasar una tragedia personal. Después de 6 semanas de formación, conoce a su primer cliente, Trevor, un deslenguado chico de 18 años con distrofia muscular. Al poco tiempo, se embarcan con sus parálisis respectivas, uno emocional y el otro física, en un viaje improvisado a todos los sitios que más le han llamado la atención a Trevor en las noticias de la televisión, entre los que destaca especialmente el “Hoyo más profundo del mundo”. Los principios del cuidado

Critica:

Hace cuatro años disfruté muchísimo de Las ventajas de ser un marginado y una de las razones fue Paul Rudd, el hombre cómico de comedias R y el superhéroe Ant-Man demuestra que puede llegar al corazón y sacar la fibra sensible. Esta película le da el protagonismo que necesitaba y así cambiar un poco más de registro del típico tontorrón salido. Los principios del cuidado es tan divertida y cruel como conmovedora. Contiene tantos momentos de bromas y humor negro que juegan al despiste con el espectador y eso provoca llantos interrumpidos por risas ya que el corte Indie que tiene es consciente de ello, coge todos los tópicos del género y los mete dentro de este refrito quizás poco original entre Intocable o Pequeña Miss Sunshine. El sentimentalismo que expone está presente pero sin llegar a ser extremadamente empalagoso como podrían tener otras obras Indie, incluso Selena Gómez está correcta aunque tampoco es que destaque. La diversión y emoción provienen de la química en plan buddy/road movie entre Rudd y Roberts (otro descubrimiento por mi parte que quiero seguir en un futuro). La banda sonora también hace bastante y las situaciones difíciles y realistas a las que se enfrentan los personajes como la búsqueda del amor o de una figura paterna desaparecida son más que evidentes además de la pérdida de un ser querido. Habla sobre las consecuencias y los errores que muchas veces cometemos sin darnos cuenta. Es muy emotiva y eso llena con creces una cinta muy encantadora, por momentos triste pero por otros también expone la búsqueda de sueños en su máximo esplendor. No es un peliculón pero no creo que tampoco pretenda serlo y por ello su honestidad y sus argumentos son más que convincentes para ser más que un mero entretenimiento familiar, sino una cinta de valores. Una de mis películas favoritas de este año hasta la fecha.